jueves, 23 de septiembre de 2010

Un Cuento De La Verdadera Amistad

Hubo una vez dos
mejores amigos...
Ellos eran inseparables,
eran una sola alma. Por
alguna razón sus caminos
tomaron dos rumbos
distintos y se separaron.

Y ESTO INICIO ASÍ:
Yo nunca volví a saber
de mi amigo hasta el día
de ayer, después de 10
años, que caminando por
la calle me encontré a su
madre. La saludé y le
pregunté por mi amigo.

En ese momento sus ojos
se llenaron de lágrimas y
me miró a los ojos diciendo:
murió ayer... No supe qué
decir, ella me seguía mirando
y pregunté cómo había muerto.

Ella me invitó a su casa,
al llegar allí me ofreció
sentarme en la sala vieja
donde pasé gran parte de
mi vida, siempre jugábamos
ahí mi amigo y yo.



Me senté
y ella comenzó a contarme
la triste historia. Hace 2 años
le diagnosticaron una rara
enfermedad, y su cura era
recibir cada mes una transfusión
de sangre durante 3 meses,
pero ¿recuerdas que su
sangre era muy rara?, sí, lo sé,
igual que la tuya... 



Estuvimos buscando donadores
y al fin encontramos a un
señor vagabundo.
Tu amigo, como te acordarás,
era muy testarudo, no quiso
recibir la sangre del vagabundo.
Él decía que de la única persona
que recibiría sangre sería de ti,
pero no quiso que te buscáramos,
él decía todas las noches: no lo
busquen, estoy seguro que
mañana si vendrá... 

Así pasaron
los meses, y todas las noches se
sentaba en esa misma silla donde
estás tú sentado y rezaba para
que te acordaras de él y vinieras
a la mañana siguiente. Así acabó
su vida y en la última noche de
su vida, estaba muy mal, y sonriendo
me dijo: madre mía, yo sé que pronto
mi amigo vendrá, pregúntale por
qué tardó tanto y dale esa nota
que está en mi cajón.

La señora se levantó, regresó
y me entregó la nota que decía:
Amigo mío, sabía que vendrías,
tardaste un poco pero no
importa, lo importante es que
viniste. Ahora te estoy esperando
en otro sitio espero que tardes
en llegar, pero mientras tanto
quiero decirte que todas las noches
rezaré por ti y desde el cielo te
estaré cuidando mi querido mejor
amigo. ¡Ah, por cierto, ¿te acuerdas
por qué nos distanciamos? sí, fue
porque no te quise prestar mi pelota
nueva, jaja, qué tiempos... éramos
insoportables, bueno pues quiero
decirte que te la regalo y espero
que te guste mucho. Te quiere
mucho: tu amigo por siempre.



'No dejes que tu orgullo pueda
más que tú corazón... La amistad es como el mar, se ve el principio pero no el final'

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